jueves, 29 de octubre de 2015

Halloween mini party


¡Sólo quedan dos días para que llegue "la noche más terrorífica del año"!

Ésta es, sin duda, la semana de las Halloween parties y nosotras nos hemos apuntado al carro con una mini fiesta en la que hemos utilizado uno de los imprimibles de Nina Designs.
Gabriela, la persona que está detrás de éstos geniales diseños, tiene un concurso en marcha en su cuenta de IG, así que me pareció la excusa perfecta para organizar una pequeña sesión de fotos con la guirnalda y los toppers de su imprimible Halloween B&N, que podéis ver aquí al completo.

Me propuse hacer unos muffins de chocolate para la ocasión pero, como soy bastante nula en la cocina, repartí demasiado la mezcla y la masa a penas subió...no obstante, repetí al día siguiente con unos cupcakes de oreo y, gracias a la ayuda de mi chico (a él si se le dan bien éstas cosas), pudimos tenerlos listos para la sesión (¡y además estaban tan ricos que volaron en una tarde!).



Alicia se lo pasó fenomenal machacando y pinchando los cupcakes con los toppers al más puro estilo Psicosis, muy metida en su papel de malvada "lady araña". El disfraz, por cierto, le encantó. No paraba de mirarse y decir "¡qué guapa!" (OMG. La que nos espera....jajaja).



Os dejo con una selección de los mejores momentos:







Happy Halloween!

martes, 20 de octubre de 2015

La Factoría de Sueños


Hay en Oviedo un lugar donde encontrar el regalo perfecto para cualquier niño. Un espacio que recuerda a una antigua fábrica, con un diseño industrial, techos altos y vigas de hierro. Un lugar que invita a pasar a conocerlo cuando miras a través de sus ventanales...
Un espacio donde todos pueden disfrutar de lo que ésta maravillosa fábrica pone a su alcance.
Se trata de La Factoría de Sueños.

La Factoría de Sueños. Calle Campoamor, 24, Oviedo.

Belén es la encargada de llevar a cabo este proyecto que nace en Marzo del 2011, pretendiendo crear un rincón dedicado enteramente a los niños, con una cuidada selección de literatura infantil, juguetes didácticos, kits de manualidades, disfraces, etc.

Además, ofrecen asesoramiento y resuelven cualquier duda para que encontremos exactamente aquello que estamos buscando, el juguete o el libro adecuando para cada ocasión. No en vano, tienen más de 20 años de experiencia en el sector.


Sus criterios de selección para todos sus productos se basan en la calidad de los contenidos, de las ilustraciones y de una cuidada presentación, tratan de mantenerse alejados de modas pasajeras, apostando por editoriales y marcas alternativas. Es justo por esto que, al entrar en el local, todo llama la atención, todo es especial y apetece.


En sus estanterías podemos encontrar libros de cartoné, albumes ilustrados y cuentos de todo tipo, separados según la edad del futuro lector.


Pero obviamente esto no es todo. En su amplio espacio también realizan actividades para niños y bebés.
En un bonito rincón diseñado especialmente para ello, con pufs y una pared de pizarra, se dan lugar los Bebé-cuentos (dirigidos a niños de 0 a 3 años). Se trata de cuentos teatralizados donde se interactúa con el bebé con el fín de que la narración le resulte estimulante y atractiva, favoreciendo la atención y la escucha activa. En algunos casos, se acompaña la narración con música en vivo (chelo, violín, guitarra, tuba...).
Otras veces se realizan pequeños conciertos, en los que se pretende que los niños disfruten escuchando música en directo.


También ofrecen talleres como los Crea-cuentos (dirigidos a niños de más de 4 años), en los que se combina un cuentacuentos y una actividad plástica, fomentando la animación a la lectura y la creatividad.


Pero no todo es para los peques de la casa: Para padres, docentes y todos aquellos interesados en la literatura infantil, La Factoría de Sueños pone a su disposición cursos de formación sobre animación a la lectura y el arte de contar cuentos.
Además, periódicamente se reúnen allí un grupo de especialistas y aficionados a la literatura infantil para charlar y disfrutar de los libros.



Por otro lado, también disponen de talleres de expresión artística (en los que dan a conocer distintas técnicas de dibujo, pintura y manualidades que ayudan a desarrollar la creatividad).

Como véis, no se trata sólo de un espacio donde encontrar un regalo bonito, sino el regalo perfecto. Un lugar donde además podemos aprender y dejar volar nuestra imaginación. Todos. Desde los 0 a los 107 años.


Dos libros de La Factoría de Sueños, listos para regalar.


lunes, 5 de octubre de 2015

Cumpleaños imperfecto.

¡Hola de nuevo!

Después de un parón de varios meses, vuelvo al blog con un post de autocrítica.
Y es que a veces nos empeñamos demasiado en que todo sea perfecto, en que las cosas sean tal y como las imaginamos previamente. Nos esforzamos tanto en que nada quede al azar que al final...el destino se ríe en nuestra cara. ¿Os suena?
Seguro que os ha pasado alguna vez. Apuntáis ideas, buscáis en Pinterest, hacéis listas...y todo para nada.
A menudo, esa búsqueda de la perfección sólo nos trae frustración, nos aleja de la realidad y no nos permite disfrutar de momentos que, sin duda, son irrepetibles.

Pues bien, allá va mi relato: "Me llamo Patricia y soy perfeccionista. Pero lo estoy dejando. Lo prometo." (Oigo que me contestáis como si estuviéramos en terapia de grupo).

Empecé a preparar el segundo cumpleaños de Alicia más de un mes antes, barajando un montón de ideas: temática, lugar, tarta, detalles, invitaciones...quería que fuese especial, bonita, divertida y, sobre todo, quería hacer muchas fotos para el recuerdo, ya que del primer cumple a penas tengo alguna decente.

Al final, se me ocurrió la genial idea de hacerlo al aire libre (con el riesgo que esto supone en Asturias) en un merendero junto a un acantilado cerca de Luanco, con unas vistas impresionantes del mar. Idílico. Aparentemente perfecto. Compramos incluso una mesa plegable por si todas las mesas de madera del merendero estuvieran ocupadas al llegar.

Tras pasar dos semanas mirando compulsivamente el tiempo en The weather Channel, llegó el día C.
Tenía todo bajo control, no faltaba detalle, estaba todo organizado en varias bolsas y cajas. Ante la mirada atónita de mis padres (parecía que estábamos de mudanza) me puse a vestir a Ali con el atuendo elegido para su fiesta.

Metimos todo en dos coches y...¡a celebrar!

Cuando llegamos al merendero, al segundo de salir del coche, supe que el plan se había torcido por completo: el viento allí arriba era tan fuerte que literalmente te volabas.
Cambiamos la ubicación a un parque, pero la cosa no mejoró demasiado...el aire ese día estaba embravecido, cabreado, de muy mala leche.

Pero para mala leche la que se me puso a mí cuando tuve que asumir que no podía usar las guirnaldas, el mantel...cuando los vasos, las servilletas y la mayoría de los carteles que había imprimido, recortado y pegado, salían volando.

La disposición de la mesa, que había sido meticulosamente pensada (llamadme friki), acabó de cualquier manera bajo la premisa de un "pon esto encima para que no se lo lleve el aire".

Platos y servilletas, de Hascot Kids.

Cajas para chuches, de Hascot Kids.

Dispensador de bebida, de Tiger.
Aún con todo, y a pesar de las adversidades, la fiesta comezó. Llegaron familia y amigos...todos con cara de circunstancias (qué bien me conocen) y quitándole hierro al asunto.
Reconozco que al final me reí, guardé el móvil e intenté disfrutar de la tarde, de mi gente, ¡del cumpleaños de mi hija!
Me había preocupado tanto de la decoración, la comida, la bebida y la tarta...que me había olvidado que la verdadera protagonista no era la mesa, sino ella.

Ella, que en su maravillosa inocencia había permanecido ajena a los nervios de su madre y se había dedicado a jugar y corretear por ahí.

Ali con camiseta de Momasmini.
Recuerdo del cumpleaños, que repartimos entre todos los asistentes. Diseñado por Cuestión de tiempo.
Pomperos-helado de Mamá Ardilla.
De aquel día me quedo con los juegos, las risas y un "cumpleaños feliz" con el que se le iluminó la cara al vernos a todos cantar a la vez.


Por supuesto, tengo claro que para el siguiente me voy a centrar en disfrutar de los míos y en hacerla feliz a ella, sin más. Sin esquemas previos ni organizaciones. Porque, aunque yo tuviera la ilusión de que aquella fuera la fiesta más genial del mundo y que permaneciese para siempre en su recuerdo, queda demostrado que a los niños lo único que les importa es que estés ahí, disfrutando con ellos de su día especial. La pura realidad es que no les interesa lo más mínimo si hay guirnaldas, vasos mint o si todo va coordinado en tonos pastel.

Al final aprendí la lección, amigos míos, esa que nos enseña que no vale la pena obsesionarse con los detalles, porque nos estaremos perdiendo el momento. Esa que nos enseña que las mejores cosas de la vida son imperfectas.

Tengo muy pocas fotos de ella...de la dichosa mesa que tanta preocupación me supuso, pero gracias a mi hermana, muchas otras de mi hija y de las personas que nos acompañaron aquel día.

(A todos ellos, una vez más, gracias por venir).



¡Espero que tengáis una feliz semana imperfecta!